Y nunca le dije "vuelve", aunque siempre quise que se quedase conmigo. Ese fue uno de los grandes errores de mi vida, y los día llovieron, y terminé olvidándome de aquello. El tiempo pasó, y creo que tienen razón cuando dicen que el tiempo lo cura todo. Pero en el fondo tengo la sensación de que ha curado una puta mierda, por que sigo con esa necesidad tan animal de que alguien quiera quedarse conmigo, para siempre, o ami lado, para morir o para matar. Para enamorarse. Podemos escapar de todo eso, pero no para siempre, y deberíamos saberlo. Podemos huir, pero no lo suficientemente lejos. Y que se me agotan las esperanzas, o las salidas de emergencias, o quizás las dos. Y cada vez me quedo más quieta cuando intento, o al menos quiero, cambiar las cosas. Voy a quedarme dormida, otra noche más esperando al lado del teléfono por si llamas o por si tengo ya innecesaria, la necesidad de decirte que tú has sido la última persona que me ha roto sin que eso me importarse.
"Cómo no pude darme cuenta
que hay ascensores prohibidos,
que hay pecados compartidos,
y que tú estabas tan cerca. "
No hay comentarios:
Publicar un comentario