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domingo, 15 de diciembre de 2013

lo que vale dura, lo que no se pierde.

Creía que en las ciudades llenas era imposible sentirse solo.
Luego aprendí que los sitios grandes también pueden estar vacíos cuando estan a rebosar de gente que ya tienes, pero sigues sin querer sonreír.
Nunca antes había sentido una navidad tan vacía en una ciudad tan llena.
Creía que la felicidad no cabía en los espacios pequeños,pero juro que me conformaría con un par de horas acurracada en ti en el sofá más cutre de todos.
Porque nadie sabía hacer de una noche un mundo, un soplo de aire a la rutina.
Una ilusión diaria que crecía por lo que valía.Pero lo que vale dura, y lo que no se pierde.

Confiar en el mañana es uno de los valores que conlleva a la distancia. Y querer confiar en que volverás, serían verbos bonitos si se hacen de verdad. Era bonito cuando tenía alguien con tanto valor, como el que tenías tú.
 Y digo a mi lado, porque aunque ahora no pueda tocarte, si tropiezo, tampoco me caigo. Por eso quería quedarme contigo, porque sabes sujetarme el mundo cuando se me viene encima, cuando la Navidad venía más gris que blanca.


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