Páginas
miércoles, 15 de enero de 2014
que no llegue nunca el 14 de febrero.
Quererte
es triste, porque no dejo de notar que estás tan lejos, y que no puedo
hacer nada para superar ese silencio que te calla cuando me miras y de
alguna forma intentas hacerme saber que no va a funcionar esto. Nunca me
había sentido tan solo, ¿sabes? Y luego me abrazas y ya no me abriga tu
cuerpo como antes, y no obstante no quiero que dejes de abrazarme.
Dilatar el daño con tal de saber que
sigo teniendo la capacidad para sentir cualquier cosa, en definitiva. Sé
que está mal. Pero ahora tengo ganas de besarte y hacerte el amor y
fantasear con que quizá no vaya a quedarme con las ganas. Cerrar los
ojos y verte ahí, en ese vacío que llevo adentro, y tú llenándolo.
Joder... sólo quería eso: despertar y saber que hay alguien que te
necesita; sino uno se siente apagado, como una farola encendida a
mediodía. Pero ya, ya lo sé. Ya he aprendido que tener la necesidad de
algo no quiere decir que vaya a satisfacerse, porque la vida es así. Y
que si te digo lo mucho que te quiero tú sólo vas a imaginártelo, pero
no a sentirlo. Es desesperante, y creo que he encontrado un universo en
esto, y cuando me asomo a mirarlo me entra vértigo porque noto que no
puedo controlarlo. Parece magia, un día conoces a alguien y después
tienes la sensación de que todo lo que habías conocido hasta entonces no
era tan importante. Y que lo que sabías del amor o de la poesía eran
sólo gilipolleces, porque la realidad es que es mucho más intenso. Coger
a alguien de la mano y notar que su mano es también la tuya, y mirar a
unos ojos que te miran y también son los tuyos. Conocer una boca y sus
esquinas, y cada centímetro de un cuerpo desnudo sobre una cama. Qué
bello paisaje. Y cuando no puedes dormir, mirar dormir a la persona que
está a tu lado, es otra forma de soñar. Y sólo quería decirte toda esta
mierda. Extralimitarme por una vez. Lamer la herida, porque tenía una
presión en el pecho horrible. Un nudo en el estómago compuesto por esas
cosas sobre las que me daba miedo hablar. Y ahora estoy mucho mejor, te
lo juro. Pero aún tengo ganas de besarte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario