Páginas

sábado, 18 de enero de 2014

el quizás vuelvo.

Nos terminamos, sin saber que hay libros que pueden leerse toda la vida, en los que el final nunca llega, aunque no queden páginas que pasar y los protagonistas escriban en la contraportada.

Y aun así nos terminanos como quien acaba con una noche cerrando los ojos , como quien no lucha por ver las estrellas por no soñar. Como quien se corta las alas aún teniendo ganas de volar.

¿ Cómo le explico a la noche que ahora ya es siempre madrugada porque tú no me enciendes la vida? Ni los días...

¿ Cómo le explico al cielo que se convirtió en subsuelo desde que no huyes a mi lado?

Que mis relojes siguen parados.Que no saben andar sin ti. Que ahora a donde llego tarde es a mi misma.
El error puede ser que yo te quise muy pronto, pero  lo hice para siempre, aunque tú lo dudes.
Porque estás, tú siempre estás aunque no estés.

Que eres la historia más bonita que jamás conté, aunque yo haya leído otras historias.
Pero a ti, te leí, te escribí, te sentí, te reí, y sobre todo te lloré.

Que siempre me gustaron los puntos suspensivos, el final abierto, el quizás vuelvo.

Porque no existe forma humana de hablar de libros, de días de relojes, de vuelos, de noches, de finales ni principios, sin hablar de ti.Y es una pena, que tú no estuvieses nunca la mitad de seguro que yo, de que esto merecía la pena.


miércoles, 15 de enero de 2014

que no llegue nunca el 14 de febrero.

Quererte es triste, porque no dejo de notar que estás tan lejos, y que no puedo hacer nada para superar ese silencio que te calla cuando me miras y de alguna forma intentas hacerme saber que no va a funcionar esto. Nunca me había sentido tan solo, ¿sabes? Y luego me abrazas y ya no me abriga tu cuerpo como antes, y no obstante no quiero que dejes de abrazarme. Dilatar el daño con tal de saber que sigo teniendo la capacidad para sentir cualquier cosa, en definitiva. Sé que está mal. Pero ahora tengo ganas de besarte y hacerte el amor y fantasear con que quizá no vaya a quedarme con las ganas. Cerrar los ojos y verte ahí, en ese vacío que llevo adentro, y tú llenándolo. Joder... sólo quería eso: despertar y saber que hay alguien que te necesita; sino uno se siente apagado, como una farola encendida a mediodía. Pero ya, ya lo sé. Ya he aprendido que tener la necesidad de algo no quiere decir que vaya a satisfacerse, porque la vida es así. Y que si te digo lo mucho que te quiero tú sólo vas a imaginártelo, pero no a sentirlo. Es desesperante, y creo que he encontrado un universo en esto, y cuando me asomo a mirarlo me entra vértigo porque noto que no puedo controlarlo. Parece magia, un día conoces a alguien y después tienes la sensación de que todo lo que habías conocido hasta entonces no era tan importante. Y que lo que sabías del amor o de la poesía eran sólo gilipolleces, porque la realidad es que es mucho más intenso. Coger a alguien de la mano y notar que su mano es también la tuya, y mirar a unos ojos que te miran y también son los tuyos. Conocer una boca y sus esquinas, y cada centímetro de un cuerpo desnudo sobre una cama. Qué bello paisaje. Y cuando no puedes dormir, mirar dormir a la persona que está a tu lado, es otra forma de soñar. Y sólo quería decirte toda esta mierda. Extralimitarme por una vez. Lamer la herida, porque tenía una presión en el pecho horrible. Un nudo en el estómago compuesto por esas cosas sobre las que me daba miedo hablar. Y ahora estoy mucho mejor, te lo juro. Pero aún tengo ganas de besarte.

sábado, 4 de enero de 2014

Lo he intentado todo, excepto lo que funcionaba. He intentado sentir, pero no ser. Intenté querer, y no quedarme. Intenté ver, pero no mirar. Será que es demasiado tarde, y a estas horas nunca es pronto para llegar a ningún lugar. Caminé hasta entender que no iba a ningún sitio, pero ya estaba muy lejos. Muy lejos para volver, o para llorar y que sirviese de algo. Quisiera romperlo todo. Romperme. Quisiera cambiar lo necesario: las cicatrices. Embadurnarme en la piel de cualquier otro. Despertar al lado de quien quiera ser amanecer en mi vida. Y fumar excesivamente.
Pasará el tiempo, los años, los inviernos congelando las hojas, la primavera coloreando las sonrisas, el verano divirtiendo a los termómetros, y yo seguiré aquí, en esta indecisión de no saber moverme entre los escombros. 
Pasarán mis besos por otra boca, y mis manos por otros cuerpos. Mi pasión incendiará otras camas, y la noche apagará a aquellos que estén solos. Lloraré cuando la soledad no pueda fregarlo todo. Cuando los charcos de la desesperación sean más profundos que la esperanza. Me mirarán y yo cerraré los ojos.Y al final, cuando ya no queda nada, seguirá brillando esa luz en el túnel. Ese empujón hacia atrás, cuando estás en el borde. ¿Lo entendéis? Siempre no será más que otro comienzo. Y el tocar fondo no será más que una superficie distinta. Tú ponme otra cerveza, corazón, que me falta alcohol para compensar mi vida. Si tú supieras, y si yo ignorara cómo saber callarme tanto. No gritar tan hacia adentro, de donde el sonido no sabe salir.